top of page

Sobre la necesidad de la conciencia histórica

  • edicionnsr
  • 21 feb 2021
  • 3 Min. de lectura

Recientemente discutía con un compañero sobre el por qué los marxistas damos tanta importancia a la historia para comprender los fenómenos de la actualidad. Mi compañero me decía que poco importaba a las personas actuales el saber el origen de las condiciones que nos arrastraban hasta la situación actual, y el origen de las instituciones que regían las estructuras de su cotidianidad. No creo que esto sea un tema sin importancia, y creo que la importancia de esto se debe más que a mero ejercicio teórico.

Considero que hay razones de gran peso en el mirar atrás, y que esto no se debe de ver como un ejercicio necio de nuestro lado; sino que en la historia logramos encontrar herramientas tanto para comprender el origen de lo que nos rodea como las formas de poder transformar la realidad.

En el manifiesto comunista Marx y Engels decían que “la historia de las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases” (Marx & Engels, 1978, pág. 111), con esto los autores no sólo llamaban a comprender que la historia construida por la humanidad se basa en la disputa del poder entre un grupo de dominadores y un grupo de dominados. Sino que también al comprender esta historia se logran encontrar las herramientas necesarias para comprender lo que nos domina y cómo cambiarlo.

La burguesía y sus aparatos constantemente han tratado de opacar al ser humano y su poder creador como fuerza del movimiento de la historia. Por medio de la presentación de “leyes naturales” presentes en el discurso liberal desde sus inicios en el Leviathan de Hobbes o el Discurso del Gobierno Civil de Locke buscan justificar la necesidad del estado burgués como orden natural a seguir para permitir la existencia de la comunidad.

Simultáneamente, justificaban por medio de este recurso la opresión de la mujer a quienes los psicólogos de la revolución industrial como Spencer consideraban un ser humano inacabado en una constante adolescencia, que por lo tanto requiere la supervisión moral del hombre; justificando de este modo la sumisión de la mujer desde una causa “biológica”.

Decía Michelle Foucault en un pequeño texto titulado Nietzsche, Freud, Marx; que estas tres figuras son quienes siembran el concepto de la duda en occidente en la modernidad. Es decir, por medio de las interrogaciones a los dogmas, a la psicología y a la historia estos pensadores entregan al mundo herramientas sumamente útiles que permiten desentrañar “los poderes” que se ejercen sobre los sujetos. Y en la comprensión de estas herramientas que a primera vista parecen introspectivas, se encuentra la capacidad de poder transformar esta realidad.

Marx y Engels eran conscientes de esto. En trabajos como El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, Engels se interroga por medio del análisis de textos antropológicos cual debe de ser el origen de la familia burguesa como núcleo de la sociedad. En su investigación descubre que esto no se debe a un origen natural, como se pretendía en ese entonces y tristemente en ciertos círculos aún hoy en día, sino que obedece a un complejo entramado de mecanismos estructurales y superestructurales que buscan consolidar la familia como base de la propiedad privada. Este texto sigue teniendo su relevancia hoy en día no tanto en sí por lo que expone, en donde seguramente avances más recientes en el área de la antropología pueden otorgar nuevas luces en torno al tema; pero en lo que siembra. En la duda de preguntarse cuál debe de ser el origen del patriarcado y al descubrir que este es social y no meramente biológico otorga la capacidad de transformarse.

Los autores no buscaban solamente el análisis de “la historia de las instituciones”, sino también comprender de qué forma habían sucedido eventos históricos anteriores a ellos para observar cómo estos podían ser superados y qué elementos podían aportar a las luchas sociales posteriores. Reflejo de esto es el análisis de la revolución del segundo Bonaparte contenido en El 18 brumario de Luis Bonaparte o el estudio que los autores realizan sobre la comuna de París en la obra La guerra civil en Francia.

Al igual que en la época de los fundadores del marxismo, hoy en día la burguesía resuelve a justificaciones ahistóricas negando la existencia de la esclavitud o del imperialismo, hoy en día la burguesía busca reducciones naturalistas de hechos sociales presentando el estado burgués como el orden casi divino al que debe de obedecer el orden social; y del mismo modo busca por medio de neologismos como por ejemplo llamar privilegios a los derechos conquistados de la clase obrera. El estudiar la historia nos permite darnos cuenta de la falsedad de su argumentación, comprender que todo lo creado socialmente es producto del trabajo del ser humano y que por lo tanto puede ser transformado por éste.


Marx, K., & Engels, F. (1978). Manifiesto del partido comunista. En K. Marx, & F. Engels, Obras escogidas en tres tomos. Moscu: Progreso.

Comments


cubito
  • Negro del icono de Instagram

©2020 by nsr-cr

bottom of page