Palestina: bastión de resistencia mundial

Cada vez más solo, si más solo, se encuentra el fascismo israelí. Lo mostrado por el sionismo esclarece una vez más que el capitalismo se encuentra en una fase creciente de agotamiento y las acciones desesperadas que asientan más el sentimiento de repudio hacia el Estado impuesto de Israel son cada más. Los yanquis, por su parte, no pueden ocultar su verdadero rostro el del genocidio y en el propio Israel hay una crisis política sin precedentes.

Por otro lado, las otras burguesías que pelean la hegemonía, no pasan, en el mejor de los casos, del discurso en la defensa del territorio palestino por varios motivos, pero entre los que más pesan están: 1) el meterse de lleno en el conflicto acercaría una tercera mundial la cual no están seguras de ganar y 2) en un mundo sin dirección darle aire al movimiento de resistencia palestino podría generar un estallido mundial. Sin embargo, no deja de ser sobresaliente la respuesta de los pueblos en defensa de Palestina que muestra más un sentimiento de que la humanidad no está por suicidarse y visibiliza la posibilidad que brinda toda la debilidad burguesa para plantear salidas que vayan más allá de lo establecido.

Vivimos una época donde los de arriba no pueden y los de abajo no quieren. Esto significa que las burguesías están tan alienadas al capital que no pueden seguir en el poder sin responder a su lógica objetiva lo cual claramente lleva al sistema a callejones sin salida, y los de abajo, si bien resisten no dan el paso a la ofensiva. La crisis de dirección es mayúscula y claro está, aunque la burguesía mundial no tenga rumbo claro, solo hay una perspectiva si esta se sigue perpetuando en el poder: la barbarie creciente.

Es paradójico decir que entre tantas muertes en Gaza la expresión política de lo sucedido en las últimas semanas es un triunfo, pequeño, pero triunfo al fin de la resistencia palestina. La burguesía se quita más la careta, el sionismo muestra su desesperación, la resistencia palestina logra burlar a uno de los ejércitos más sofisticados del mundo y el sentimiento de solidaridad ha crecido a lo largo del planeta. Sin embargo, como se expone, el gran problema es la ausencia de dirección hacia una nueva sociedad.

Los socialistas estamos por una sola Palestina laica y democrática donde convivan musulmanes, católicos y judíos, y sabemos que de esto no darse el sionismo seguirá acechando al pueblo palestino por su carácter fascista genocida. Sin embargo, nos unimos a la defensa del derecho del pueblo palestino a defenderse con la dirección que estos decidan, sabemos que un triunfo palestino es un triunfo para el mundo entero y una patada a todas las grandes burguesías; los huecos de dirección burguesa hacen que cualquier triunfo de los movimientos de lucha a nivel mundial, más si se trata de Palestina, aportan tiempo y suben la moral para apuntar a construir núcleos socialistas revolucionarios que empiecen a plantear salidas reales al abismo al cual nos lleva el capital. Es la gran tarea.