NSR: Elecciones 2022

NSR: Elecciones 2022

Las elecciones del próximo domingo se dan en un clima de enorme apatía. A pesar de la oferta casi infinita de opciones, ninguna logra despertar ninguna identificación. Menos esperanza de que los grandes problemas que vivimos puedan ser resueltos.

Los problemas centrales que enfrenta Costa Rica, no son distintos a los que enfrenta la clase trabajadora en el mundo entero. Desempleo histórico, pobreza y desigualdad creciente y ataques permanentes a los derechos de los trabajadores son la tendencia que se impone.

Los candidatos se nos presentan omitiendo esta realidad, en los debates no se cuestiona. Tendríamos que asumir que entonces que pretenden tener la capacidad de resolver problemas que las grandes potencias capitalistas en lugar de resolver, están profundizando.

No creemos en su ingenuidad. Cada cuatro años, repiten el ritual, de intentar hacernos pensar, en que el problema radica en la escogencia del partido o la persona idónea. Este ritual les permite continuar en el poder, y seguir gobernando en función de sus intereses. Centralmente incrementar sus ganancias y acumular capital a costa de lo que sea.

Detrás de esta omisión, se encuentra el sistema. El capitalismo, al que nadie cuestiona, pero que se encuentra en una crisis acelerada desde el 2008, sin ningún signo contundente de recuperación. Capitalismo que arrastra al mundo entero a una barbarización creciente, que llega incluso a amenazar al planeta y a la continuidad de nuestra especie, con la destrucción de la naturaleza y un ambiente de guerra cada vez más pronunciado entre Estados Unidos y China.

De hecho creemos que es precisamente esta crisis la que explica la explosión de opciones electorales, por dos razones distintas y complementarias:

1) La crisis hace que el pastel a repartir sea más pequeño, por lo que las luchas interburguesas se incrementan. No en un sentido programático, sino en la lucha por controlar el Estado en función de sus negocios específicos. Como no logran conciliar estas tensiones dentro de un mismo partido, los partidos son cada vez más atomizados.

2) La resistencia pasiva del movimiento de masas, que si bien, no sale a luchar, ni tiene una organización propia; tampoco deposita ninguna confianza en los partidos políticos. Esto se refleja en la apatía, la cantidad de indecisos y la gran cantidad de gente que ni siquiera irá a votar.

La ruptura con el bipartidismo y la esperanza de un posible cambio fue capitalizada por el PAC. La decepción es profunda y lo deja casi por fuera de competencia, y hace que con debilidad la opción de volver a lo viejo conocido tomé fuerza con el PLN y el PUSC encabezando las encuestas.

El PLN goza de la confianza de la burguesía como partido histórico de su clase, no así, su candidato Figures, que ha mostrado algunos deslices “pragmáticos” de apertura con China y paupérrimas medidas hacia el desarrollo del mercado interno que molesta a los sectores más fieles al imperialismo yankee.

El PUSC, con una insípida Lineth, podría dar tranquilidad a la burguesía de no tener ocurrencias, y lealtad garantizada al imperialismo norteamericano. Tiene el problema de la crisis generalizada del social cristianismo, que ha dado como resultado numerosas rupturas, que cubren todo el espectro de la llamada centro derecha, hasta la más radicalizada expresada en Eli Feinzaig.

Fabricio trata desesperadamente de desligarse de su imagen de pastor evengelico, para lograr captar algún sector del voto laico, o católico. Vemos difícil que logre captar mucho más del sector duro que lo vota siempre. Chavez, pintaba como un candidato fuerte por su participación y cercanía con los organismos financieros internacionales, carece de una estructura fuerte y ha sido disminuido por las acusaciones machistas, que no por convicción, sino por oportunismo otros partidos sacaron en el momento oportuno.

El FA recoge dentro de su base a luchadoras y luchadores, con los que compartimos muchas aspiraciones. Esperamos que logren una amplia bancada legislativa que sirva para denunciar al sistema y convocar a un gran frente unificado de lucha que tendrá que necesariamente sobrepasar los límites legislativos para estar a la altura de lo que realidad reclama y poder hacer frente a una Asamblea que irá ferozmente al ataque de la clase trabajadora y lo que queda de sus conquistas.

El rumbo adaptacionista que ha tomado la dirección del FA no da ninguna garantía de que esta vaya a ser su posición, pero, reconocemos son hoy el único referente de izquierda con capacidad para poder convocar a la unidad necesaria para enfrentar la polarización que inevitablemente vendrá sin importar quien gane las elecciones presidenciales.

Llamamos al voto hacia Villalta y el Frente Amplio. Lo hacemos conscientes del claro corrimiento hacia la derecha del FA y con pocas ilusiones en una dirección que apunta hacia el reformismo, y a encontrar una burguesía “buena y patriótica”. Estamos convencidos que este camino es utópico y no el que necesita la clase trabajadora para enfrentar exitosamente la arremetida que vendrá en los próximos años.

En lo estratégico, estamos convencidos de que no hay atajos, que no hay alternativa que se pueda saltar la necesidad de formar Núcleos Socialistas Revolucionarios, que se planteen como tarea la formación de un partido, el cual se plantea la lucha por el Socialismo, y el poder para la clase trabajadora. Nadie, ni por asomo, se plantea esto en las elecciones del próximo domingo y sin embargo, es la única alternativa seria para resolver los problemas que nos asfixian.