La nueva propaganda de la ultraderecha
- edicionnsr
- 24 ago 2020
- 3 Min. de lectura
En las próximas semanas estaremos abordando el tema de la propaganda en la nueva derecha por medio de una serie de reflexiones y discusiones sobre los elementos discursivos de esta tendencia. Como bien sabemos los discursos anticomunistas y conservadores no son algo nuevo; pero en los últimos años ante la imposibilidad de la derecha de plantear un plan de dirección para un sistema capitalista en decadencia ha surgido una nueva serie de propagandistas, intelectuales, (muchas veces) jóvenes e irreverentes quienes han saltado a la fama por medio de plataformas como youtube o twitter “destruyendo” lo que ellos llaman discursos progres.
En el mundo anglosajón se les tiende a llamar alt-right, un nuevo rostro juvenil para las viejas posiciones de republicanas, en donde podríamos ubicar el nacimiento de este movimiento por medio de figuras como Jordan Peterson, Ben Shapiro; mientras que en américa latina llaman la atención figuras como Gloria Álvarez o Agustín Laje. Para iniciar planteamos algunos de los elementos comunes de esta tendencia.
En primer lugar tienden a posicionarse (discursivamente) desde lo que ellos consideran una posición neutra apolítica en donde únicamente hablan de “hechos” desprovistos de toda ideología, o se suelen vender como “liberales clásicos”; mientras abogan a reducciones naturalistas, la reducción del estado y los viejos valores conservadores; que como se deja notar no suena a posiciones carentes de ideología ni centristas. El posicionarse como a políticos o en posiciones centro busca crear una imagen distorsionada de su discurso en donde se divulga la información con la intención de llamar a una supuesta objetividad.
Por lo general su propaganda se enfoca en las remembranzas de un pasado idílico antes de que la libertad fuera llevada “demasiado lejos” así por el retorno de formas de vida patriarcales, por la exigencia de un salario justo, la intervención estatal, la reducción de la jornada laboral, ya que las propuestas progresistas amenazan con la “destrucción de los valores” sobre los que se “fundó” occidente. Sin jamás determinar en qué momento concreto sucedió este "libertinaje", ya que todo lo que atente contra su sistema de creencias es considerado con anticipación como comunista o postmoderno; sin considerar su origen histórico o su línea discursiva. Es decir, ¿si los discursos pro-estado se consideran “comunistas” fue entonces John Locke un comunista ?, ¿Lo fue acaso Keynes?; ¿Lo fueron las sufragistas, o sus defensores como Stuart Mill, figura básica del pensamiento ético liberal?
Muestran una tendencia obsesiva por encontrar en la naturaleza y la “ciencia” los fundamentos de la moral y de las estructuras sociales, mientras que simultáneamente atacan las universidades por ser supuestos hervideros de comunistas y progresistas. Como que de alguna forma u otra, a partir de algún momento histórico nebuloso dejó de ser importante la producción de conocimiento. Y dejando vacíos discursivos sobre los diferentes y variopintos cambios que ha sufrido la moral en la historia de la humanidad. Además, ¿si los sistemas de poder son intrínsecos a la naturaleza y a la religión como aducen algunos entonces cómo podríamos explicar la transformación del feudalismo al capitalismo?, ¿Sí la naturaleza es en sí misma dialéctica, como demuestra el cambio de las formas de poder, entonces cómo podríamos explicar la fantasía de que deben de detenerse ahora?
Sumado a esto, tienden a caer en categorías abstractas en donde abarcan un grupo extremadamente variopinto entre globalistas, postmodernos, políticas de identidad, izquierdistas, sindicalistas, anarquistas, minorías raciales, grupos indígenas, keynesianismo en lo que ellos llaman “Maoísmo Posmoderno”; que de acuerdo a figuras como Peterson abogan a la destrucción de los valores occidentales para imponer un sistema "Stalinista mundial", coincidencias con teorías conspirativas fascistas del período entre guerras como el marxismo cultural no pasan de ser meras coincidencias. Al ser esta categoría tan increíblemente amplia y vaga a la vez permite incluir cualquier crítica al status quo en la misma bolsa, recordando en buena medida a un macartismo desenfrenado que por medio de miedo busca crear ideología en sectores clase media; creando un enemigo ficticio que es tan poderoso que domina el discurso académico, los grupos activistas y la ciencia pero que al mismo tiempo es tan débil que debe de ser fácilmente vencido..
Hoy más que nunca, en donde la perspectiva de guerra parece cada vez más cerca y en donde no existe una dirección clara para el movimiento obrero, se vuelve importante analizar estos discursos para así desenmascararlos en sus intenciones propagandistas como formas regurgitadas de viejos discursos fascistas. El enemigo de la clase obrera no se encuentra en las luchas sociales o en las políticas progresistas, el enemigo de la clase media se encuentra en la burguesía en todo quien se enriquezca por el trabajo explotado del otro.
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