La formalidad burguesa y de la llamada izquierda vs el materialismo dialéctico
- Oscar Rivas
- 4 oct 2020
- 5 Min. de lectura
La formalidad burguesa y de la llamada izquierda vs el materialismo dialéctico La pandemia: visibilización de la necesidad de otra concepción mundo
“Exponer a los oprimidos la verdad sobre la situación es abrirles el camino de la revolución” - L. Trotsky
Son ya varios meses de que la humanidad vive en medio de la pandemia llamada popularmente “Coronavirus” y sin embargo, la posición de la llamada “izquierda” podemos decir que no ha cambiado en lo absoluto y por el contrario, se han profundizado posiciones, para nosotros simplistas, inmediatistas y fenoménicas, que han dejado la “cancha limpia” para que la burguesía mundial haga y deshaga colocándose como la “dirección” para enfrentar a la misma y aprovechar la coyuntura para profundizar sus políticas antiobreras y antipopulares.
La discusión se ha encerrado en dos posiciones hegemónicas (grises en medio) que plantean o bien el cierre total y la mal llamada “cuarentena” (término utilizado ideológicamente por los gobiernos burgueses que han aplicado medidas) o bien, la apertura, para así, resguardar la economía y no “perder los empleos”. No compartimos ni una ni la otra, ya que ambas se colocan dentro de los límites ideológicos del capitalismo y son un tiro al aire para una solución real a la pandemia. Los socialistas apelamos al materialismo dialéctico para dar explicación de los fenómenos.
Hoy, la humanidad se encuentra, como lo planteaba Marx, en una contradicción irresoluble dentro la formación económica-social actual, el desarrollo de las fuerzas productivas choca con la propiedad privada de los medios de producción y, por lo tanto, bajo el mandato del capital, lo que se da es un proceso regresivo de destruir el conocimiento, los medios y la propia vida de la humanidad. La pandemia así lo demuestra, ya que, a pesar de todo el conocimiento generado para enfrentarla y así reducir las muertes al mínimo, esto ha sido negado y como no, se ha dejado en absoluto dominio de la misma, a la clase en el poder, que hoy está totalmente alienada al capital.
Los números de muertos crecen en medio de la irracionalidad burguesa y la falta de medidas concretas por parte de los gobiernos burgueses en conjunto, al otro lado de la acera (nuestro lado), con el hecho de no tener una perspectiva clara para, al menos exigir, medidas que estén acorde con lo que ha construido a lo largo de su historia la clase obrera mundial y el reconocimiento que es su trabajo lo que sostiene al mundo, mostrando así, la ausencia de dirección y memoria histórica en la clase que reproduce, recrea y reconstruye la materia. La conciencia se ha quedado en la empiria de exigir la apertura para no perder el empleo, por lo tanto, sumirse en quedar expuesto ante el virus y, además, seguir levantando de una u otra manera el rumbo económico que antes de la pandemia ya mostrada una crisis irresoluble y que el Coronavirus solo ha profundizado o siendo más claro, la clase dominante ha profundizado aprovechando la coyuntura.
La falsa dicotomía entre salud y economía, se resuelve con planteos que no pasan por ninguno de los que ha levantado la llamada izquierda y mucho menos, ningún gobierno en el orbe, podríamos decir que se acercan a ellos, algunos planteos de Cuba o Venezuela, sin embargo, siguen estando de una u otra manera dentro de sus limitaciones. Es poco, lo que los socialistas podemos incidir en las decisiones, pero esto mismo no nos lleva al adaptacionismo y, por el contrario, la postura de los considerados revolucionarios, sosteníamos y sostenemos pasaba por tomar esta coyuntura como demostrativa de la incapacidad de la burguesía para dirigir a la humanidad y colocar así en discusión planteos realmente socialistas. Este fue nuestro planteo desde el comienzo de la pandemia y hoy, los crecientes números en los contagios y muertes a lo ancho del planeta, nos llevan a reivindicar la postura que tuvimos desde el inicio. Las aperturas llevadas en muchos países europeos han llevado a rebrotes y el virus ha llegado a tocar a los sectores trabajadores y a los sectores más pobres. La presión de muchos sectores burgueses para la reapertura, llevó y lleva a exponer, aún más, a la población más endeble, la que el capitalismo ha mandado, de una u otra manera, a la muerte.
La escisión de manejar un área o la otra y la falsa contradicción (salud vs economía) solo es posible de sostener bajo la formalidad de no tocar al gran capital y naturalizar su dominio como si este fuese un designio divino; tanto lo que han llamado oposición y por supuesto el oficialismo, reproducen aquella conclusión tan trillada del filósofo Fukuyama: “estamos ante el fin de la historia”. La irrupción subjetiva de otro proyecto, otras propuestas, otro manejo de la pandemia, si se puede llamar manejo a lo que ha hecho la burguesía, ha brillado por su ausencia. Los socialistas revolucionarios, sin embargo, sostenemos que la pandemia es hoy un aprendizaje y define tajantemente quienes siguen los pasos del sistema y quienes no.
Las medidas pasaban por el fortalecimiento del sistema de salud y la organización política-social de la población en lo que hemos llamado “pueblo organizado” y que asemeja al “pueblo en armas” en épocas de revolución. Este pueblo organizado, podía sostener medidas de protección dentro de una cuarentena real que pasaba por el subsidio a toda la población en términos económicos, fortalecer al pequeño y mediano productor que tenía que seguir funciones en medio de la pandemia y el manejo comunitario de los recursos para evitar largos traslados de personas, lo cual es uno de los “clúster” que más ha dado con contagios en el mundo y el país no es la excepción.
Pasaba por la defensa del trabajo, pero no abstracta y adaptativa al fenómeno sino la exigencia que se utilizaran los fondos y recursos que ha generado la clase trabajadora mundial para que esta no perdiera el empleo y tuviese protección real, no pasara, como pasa actualmente por la disyuntiva de morirse de hambre o estar expuesta al virus. Pasaba por la reivindicación de todo el fenómeno social-natural donde la especie humana ha llegado a un desarrollo tal que cualquier tipo de coyuntura “anormal” como esta pudiese ser solventada con facilidad apostando y exigiendo planificación, organización social y socialización de lo producido por la humanidad.
El materialismo dialéctico reconoce todo el proceso material que ha llevado al ser humano, al homo sapiens sapiens, a dar con el desarrollo del conocimiento científico actual y la posibilidad de abastecer a la población mundial con todos los recursos básicos y hasta aquellas creaciones propiamente humanas como el arte o el deporte. Siguiendo la misma línea es que hemos planteado y sostenido que la única salida a la pandemia, el único manejo real, era y es con propuestas socialistas que van más allá del “uso de mascarillas”, “apertura de los centros de trabajo”, “medidas sanitarias en las empresas”, que en el mejor de los casos se quedan en propuestas liberales.
Hoy, la demanda de soluciones reales, que están muy lejos de la “realpolitik”, es más urgente que nunca. Estar de lado de la apertura (compartiendo con Bolsonaro o Trump) o bien, del lado de la cuarentena irreal y criminal que ha dejado a la mayoría de la población en condiciones aún más paupérrimas, es perder cualquier atisbo de posibilidad de una propuesta alternativa, hundirse en el juego burgués y vender a la humanidad “salidas” que no rompen con el verdadero causante de la crisis: el capitalismo.
Lo expuesto durante el texto, nos lleva a ser transparentes y no seguir la línea del adaptacionismo y, por lo tanto, a la tarea urgente de construir un Núcleo Socialista Revolucionario que rompa con los límites ideológicos del capitalismo, la burocratización del espíritu revolucionario y levante un programa de transición a una nueva sociedad, una sociedad socialista. Única protección real para la clase trabajadora y la humanidad general. ¡Revolución Socialista o más Barbarie Capitalista!
Oscar
NSR-CR
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