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Hacia una Economía Estatal-Comunitaria

  • Álvaro Rivas
  • 13 ago 2020
  • 3 Min. de lectura

La situación actual exige replantearse de una manera global el actual modelo económico y su capacidad para satisfacer las necesidades humanas. La contradicción entre la acumulación privada de la riqueza, y las


necesidades sociales, está impidiendo que la humanidad lleve adelante los proyectos esenciales para la garantía de una vida digna, y ni siquiera ya digna, de sobrevivencia.


La dependencia al mercado global, a los grandes monopolios, impide a la sociedades poder gestionar momentos de crisis, y participar en la construcción de su vida, la gestión de los recursos. La burguesía imperialista ha venido acaparando la producción de bienes y servicios, la ha centralizado, y hoy en día es dueña absoluta de los elementos básicos de la sobrevivencia humana, de la tecnología, de las vacunas, de las semillas, del comercio, los cuales están sometidos a la lógica de especulación financiera, de la ganancia, y su acceso por parte de la sociedad es cada vez más excluyente.


Nosotros, con este escrito, queremos plantear la necesidad de abolir la gran propiedad privada para impulsar la redistribución de la actividad económica en proyectos estatales-comunitarios. Es decir, ir trasladando el dominio de los grandes monopolios sobre la actividad económica, mientras se va fortaleciendo una red estatal comunitaria.


La estructura del Estado debe ser modificada de manera radical, debe ser democratizado, donde el mayor poder político descansa en la clase trabajadora del Estado y la comunidad, una democracia compartida entre comunidad y empresas estatales directamente vinculadas con proyectos productivos esenciales para la población. Es necesario que estos proyectos sean garantizados con el más alto apoyo técnico y científico, dándole prioridad a los espacios esenciales para la calidad de vida de la población, para ir consolidando una estructura económica sólida, capaz de enfrentar y superar los embates del mercado mundial, el colapso ecológico, que sea capaz de garantizar la alimentación, los servicios informáticos, la construcción, implementos médicos, la electricidad, sin depender de los grandes monopolios privados .


El financiamiento de estos proyectos, debe salir del gran capital, de impuestos a las más grandes rentas y utilidades en el territorio, expropiaciones de capitales y grandes latifundios, y una moratoria de la deuda del país. Toda la nueva producción económica va ser planificada en función de las necesidades sociales, de las demandas de la población, y en función de la sostenibilidad ecológica y productiva. Este nuevo modelo de producción supera las dificultades que tiene la producción capitalista, en tanto que la riqueza es directamente reinvertida en el mejoramiento de las actividades, en la contratación de más personal, y tiene la flexibilidad de estar en función de mejorar la calidad de vida de la población, contrario a la producción capitalista, la cual genera producción económica en tanto haya acumulación de capital.


En este caso, hay que ir fortaleciendo las redes de estos proyectos Estatales-Comunitarios, con el objetivo de ir creando un abastecimiento mutuo de los servicios y mercancías producidas, un intercambio que vaya superando la lógica del valor de cambio. Es construir la transición al intercambio y la producción de mercancías en función de la relación trabajo-trabajo,y no trabajo-capital. Esto permitiría superar el problema del capital inicial, o el problema de la dependencia sobre la demanda para la sostenibilidad empresarial al garantizar que todos los proyectos gozan de que hay un abastecimiento de materiales, recursos, y apoyo técnico más allá del capital, gracias a la red de proyectos Estatales-Comunitarios y el intercambio de servicios; todos los proyectos van ser sostenidos más allá de su rentabilidad, en tanto que este criterio sólo encuentra lugar cuando la economía es dominada en función de la ganancia privada. Cuando vaya siendo abolida la ganancia privada, las actividades económicas van a ser garantizadas gracias al intercambio de servicios, mercancías y recursos de múltiples proyectos esenciales para todo el resto de la economía, entrelazados en una red de colaboración, apoyo técnico-científico, y por su puesto, entrelazados por la participación política directa sobre las necesidades de la población.


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