¿Hacia dónde va Costa Rica?
- edicionnsr
- 19 oct 2020
- 6 Min. de lectura
¿Hacia dónde va Costa Rica?
La situación que vive el país es compleja y llena de contradicciones. La polarización crece y se manifiesta cada vez de forma más violenta. Nos corresponde a los socialistas revolucionarios hacer el mayor esfuerzo posible por penetrar esta realidad, sabiendo que la práctica no perdona el menor error teórico.
La complejidad de la situación dificulta su caracterización, pero, esto no justifica la ligereza y el oportunismo con que "la izquierda" ha participado en este movimiento. Unos como furgón de cola del gobierno y del FMI, y otros lanzándose desesperada y acriticamente a la calle, como adictos al asfalto, depositando esperanzas en direcciones amigas de UCCAEP, conservadoras, fascistoides, negacionistas, burocráticas, antidemocráticas.
La pandemia ha destapado una realidad que ya existía. Costa Rica era, antes del Covid-19, uno de los países más desiguales del mundo, donde la gente tiene que trabajar más horas para poder sobrevivir. Las tasas de desempleo venían creciendo sin parar y ahora han dado un salto aún mayor, superando un cuarto de la población en las mediciones oficiales.
Un país con estas características no tiene otra alternativa que la polarización y la crisis social. Lo que estamos viviendo no debería ser sorpresivo, ni debería ser achacado a la pandemia. Es el resultado lógico y esperado en una sociedad cada vez más excluyente, donde la riqueza se acumula y se concentra cada día más en menos manos.
Una muestra de esto, fue la huelga de 3 meses contra la reforma fiscal, que con mucho esfuerzo sostuvieron los trabajadores, pero, que fue derrotada, gracias a las direcciones sindicales burocráticas y entregadas, que incluso negando experiencias históricas propias, se negaron a que las decisiones se tomarán abajo, en asamblea, democráticamente, construyendo programa alternativo y buscando la expansión del movimiento con propaganda al conjunto del pueblo, y no limitándose al economicismo barato.
Esta derrota dejó desmoralizadas a las bases sindicales, y muy desgastadas a sus direcciones. Esto explica que sea el nuevo Movimiento Rescate Nacional, el que aparezca como convocante y dirigente de las movilizaciones actuales. Las direcciones sindicales en su desgaste no tienen la capacidad, ni el respeto para ocupar el lugar protagónico.
La novedad del Movimiento Rescate Nacional, dejó a muchos deslumbrados, que se fueron de bruces a levantarlos como nuevos dirigentes, como los mesías que necesitábamos. En el NSR fuimos claros de entrada sobre las dudas que teníamos sobre esta dirección. Nuestra primera crítica, es de principio, los socialistas defendemos que las decisiones se toman abajo, y los dirigentes hagan obedeciendo.
¿Cuántas asambleas ha hecho el Movimiento Rescate Nacional? ¿Tienen un programa? ¿Quiénes lo hicieron? ¿Quiénes lo aprobaron? ¿Quiénes nombraron a sus dirigentes? ¿Quiénes le dan permiso a Corrales para desconvocar el movimiento? ¿Quiénes le dan permiso a Célimo Guido para firmar acuerdos con la UCCAEP?
Como vemos, el Movimiento Rescate Nacional (MRN), reproduce exactamente las mismas prácticas, que llevaron a la derrota la huelga de tres meses contra el paquete fiscal. Un nuevo y fresco ropaje, para las mismas prácticas. Quedarse callado frente a esto, es ser cómplice, o en el mejor de los casos tener mucha ingenuidad política. Es hora de que las bases sindicales “pongan las barbas en remojo”, hagan un balance de sus direcciones y luchen por más democracia y por lo tanto, que todo sea decidido desde abajo, en asambleas y en el mejor de los casos empezar a construir una dirección alternativa de base y totalmente democrática. ¡Ninguna confianza en las direcciones sindicales actuales y mucho menos, en direcciones advenedizas y oportunistas como el MRN!
La polarización no solo crece entre la clase trabajadora y la burguesía. También en las propias filas de la burguesía la concentración del capital eleva las tensiones al máximo, a tal punto que vemos sectores de la burguesía dispuestos a poner en riesgo al régimen y sus instituciones por quedarse con una pedazo más grande del pastel.
Esto no es entendido por un sector de la izquierda, y puede tener graves consecuencias, que ya hemos visto recientemente. La burguesía no tiene reparo en apoyarse, o manipular movimientos con justificaciones legítimas, para desviarlos para impulsar su agenda. El golpe de estado en Brasil, que culminó con Bolsonaro, es uno de muchos ejemplos.
La UCCAEP dice "No al FMI y No a más impuestos", pero lo dice por razones muy distintas a las nuestras, y a la de las necesidades de la clase trabajadora. Lo dice para promover el despido de empleados públicos, para achicar el tamaño del estado, para eliminar derechos a la clase trabajadora en general, para hacer botín con la venta de instituciones públicas como: FANAL, BICSA, BCR, ICE y otras.
Fabricio Alvarado, los negacionistas, los acientíficos, los terraplanistas, los anticomunistas, piden la renuncia del gabinete y un golpe de estado blando, muy blando, no para poner un gobierno más cercano a las necesidades de la clase trabajadora. Lo hacen porque quieren el poder para ellos, son la expresión local del Trumpismo, del Bolsonarismo, y debemos derrotarlos.
También, tenemos que derrotar al gobierno, representante local de los organismos financieros internacionales. Repudiamos la represión policial, la infiltración de los movimientos y defendemos el derecho del pueblo a manifestarse.
La burguesía más tradicional luego de estimar la magnitud de la desesperación que se vive en el pueblo y la voracidad de los sectores burgueses más arribistas han cerrado filas por la defensa del régimen y su institucionalidad. La prueba de esto es el voto de apoyo de los expresidentes y la reunión con la cabeza de todos los poderes. Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Tribunal Supremo de Elecciones. Sabemos a favor de quién juega este régimen y su institucionalidad, nunca a favor nuestro.
Nuestros enemigos son muchos y diversos. La situación a la que nos han empujado es desesperante. La urgencia de crear una organización propia, con nuestro propio programa, con independencia de clase, que se blinde de ser utilizada por un sector burgués para su propio beneficio, es cada vez mayor.
Compartimos y entendemos las necesidades que han motivado las recientes movilizaciones, pero, no las ilusiones depositadas en direcciones y métodos que nos llevan a la derrota segura.
Ni un milímetro a la UCCAEP, ni un milímetro a los negacionistas y fundamentalistas, ni un milímetro al gobierno, ni un milímetro al FMI y ni un milímetro a los que desde la izquierda se entregan a estos. Se debe establecer Frente Único de todos aquellos (personas, organizaciones, partidos, sindicatos, asociaciones de cualquier tipo, que dé respuesta a todos los que constituyen el moderno proletariado, independiente de la burguesía, que forme su propio programa desde abajo, en asambleas y que se plantee la toma del poder para llevar adelante ese programa. Solo con nuestro programa, desde abajo, es posible un triunfo real contra la burguesía, las direcciones advenedizas y oportunistas, los sectores protofascistas que pretenden dirigir el descontento del pueblo y el gobierno.
Nuestro planteo es que ese programa no puede ser otro que un programa de Transición al Socialismo. Los problemas que vivimos no son aislados, son los mismos que viven todos los pueblos del mundo y tienen un origen común, el capitalismo agotado, y una burguesía que prefiere la destrucción del planeta y la extinción de la especie, a perder el poder.
El siguiente es el programa que proponemos. Estamos dispuestos a discutirlos con aquellos que estén de acuerdo con lo que llamamos camino de transición del Capitalismo al Socialismo.
· No al FMI. ¡Ni un acuerdo más con la troika (FMI, BM, OCDE)!
· Moratoria inmediata de las deudas interna y externa por dos años.
· Auditoraje de esas deudas para determinar cuál es legítima y cuál no.
· Que se pare la fiesta de los especuladores que viven de prestar a altísimos intereses al estado para proyectos que no benefician al pueblo.
· Jornada laboral de 36 horas con el mismo salario para eliminar el desempleo.
· ¡NO a la venta de instituciones estatales; ¡SÍ por su fortalecimiento y socialización!
· Socialización total y permanente de la medicina privada para atender la pandemia y garantizar la salud pública.
· Impuestos permanentes progresivos según el capital para los grandes capitales.
· Constitución de un fondo de emergencia para atender la pandemia. Usar para ello los salarios que estén por encima del decil V de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de más de 600000 colones de ingreso familiar mensual para una familia de entre 3 y cuatro personas.
· Suspensión, hasta que pase la pandemia, de pago de créditos e hipotecas de cualquier naturaleza, de servicios públicos, de servicios de transportes.
· Eliminación del secreto bancario.
· Ningún impuesto para el moderno proletariado.
· Salario mínimo vital para los desocupados, los semiocupados, los trabajadores informales.
· Socialización de las empresas morosas y declaradas en quiebra.
· Reestatización de empresas estatales, bajo control obrero y a favor de la clase trabajadora y no del capital.
· Impulso al mercado interno y rompimiento con el modelo de inversión extranjera directa (única salida real para los pequeños y medianos comerciantes y productores que salieron a manifestarse).
· Defensa del salario. Salario mínimo vital y móvil, para los ocupados.
Núcleo Socialista Revolucionario CR
19/10/2020
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