Elecciones en el PLN: ¿Se acerca el “Bonapartismo”?
- Oscar Rivas
- 8 jun 2021
- 3 Min. de lectura
La burguesía nacional refleja la crisis de dirección de la clase dominante en el mundo entero, de ahí que tuviese 5 pre-candidatos con propuestas que iban desde una "añeja" vuelta al agro hasta la continuación neoliberal a ultranza. El ganador de la elección interna del PLN fue Figueres, lo cual sólo hace visible la misma hipótesis y además, clarifica que un sector de la población prefiere "lo viejo conocido que lo nuevo por conocer".
Esto último no puede ser visto desde la moral, sino, desde la profunda ausencia de dirección también abajo, en los explotados, en las y los que sólo poseen su fuerza de trabajo. La llamada izquierda, en su mayoría, demostró con la pandemia su apego al régimen capitalista y la falta de propuesta y programa, lo cual lleva a las personas a no arriesgar por algo "nuevo" y perder lo poco que les queda. Además, hay que recordar y sobretodo en crisis, que la humanidad sin una propuesta concreta, lo que la mueve es el miedo a la libertad.
Por su parte, la clase dominante y sus medios, iban y van a cerrar filas con el candidato que quedara en esta convención. Si bien, la burguesía no tiene un rumbo claro, sabe que es hora de hacer unidad y aunque, gobiernos como los del PAC impulsaron las políticas de la Troika (BM, FMI y OCDE), es tiempo de tener un gobierno claramente burgués ya que el contexto lo obliga y el estado no puede ser compartido con pequeños-burgueses advenedizos.
Sin embargo, el análisis es más complejo aún, cuando la burguesía de toda índole no tiene dirección y los de abajo (la clase trabajadora) no quieren ni pueden tomar el poder, sale a relucir lo que desde la teoría se ha denominado: bonapartismo. El bonapartismo, no es más que el auge de una figura, amparada por cierta autonomía estatal (se coloca por encima de las clases), y se sitúa como aquella autoridad que puede sobrellevar al país en medio de una crisis. Sería no solo enigmático, sino también significativo, que en en la República del bicentenario sea un Figueres quién asuma este rol, su padre ya lo hizo cuando estaba el peligro de una revolución y se coloco “por encima del conflicto” para que la clase dominante no perdiese el poder en ese momento.
Ejemplos recientes de bonapartismo “sui generis” o bien, pinceladas de bonapartismo lo vemos en el caso de Bukele en El Salvador, donde una izquierda muy deformada y los partidos políticos tradicionales de derecha no han podido dar un rumbo claro al país y surge la figura que se coloca “más allá del bien y del mal”, “borrando” por un lapso de tiempo del conflicto entre clases, apaciguando el malestar de la clase trabajadora y tapando el vacío de dirección de la clase burguesa.
Costa Rica, como la mayoría de países del mundo, no escapa a esta realidad y no sería descabellada la idea del Figueres bonapartista y por lo tanto, un Bukele “aticado” con menos mano dura, pero utilizando el estado como figura central para “resolver” el conflicto entre clases y además, con la retórica de un Biden del respeto a los derechos democráticos. El apellido Figueres tiene su historia y porqué no revivirla en el momento de más profunda crisis de dirección burguesa. Lo demuestra el no-manejo de la pandemia y en el contexto costarricense los números rojos de desempleo y pobreza, de ahí el discurso de “rescatar a la patria”.
La etapa demofascista, la cual se caracteriza por una defensa abstracta de los derechos democráticos y fuertes golpes a la clase trabajadora no ha terminado, pero ahora, y lo demuestra la elección de Biden, esta ha adquirido un ambiente más de clase y se empieza a terminar por la aguda crisis del sistema capitalista. Se ocupan definiciones (gobiernos claramente burgueses, variantes bonapartistas o bien, regímenes cuasi-fascistas) y podemos estar cercanos a un cambio político profundo que acerca, aún más, la tercera guerra mundial y pone contra las cuerdas a todos los países, sobretodo a los de la llamada periferia. Un cambio de era donde el momento bisagra de barbarización creciente o de revolución socialista es cada vez más visible y la humanidad se coloca entre las cuerdas: suicidio o seguir el camino de la autoconstrucción.
En conclusión, nos espera una elección nacional con claro contenido de clase y marcada por definiciones, desde abajo tenemos que responder con un programa nuestro y empezar a romper con la idea de la naturalización de lo establecido, tomar la decisión de continuar el camino de la desalienación y construir núcleos socialistas revolucionarios. Hay que irrumpir subjetivamente en la realidad, de lo contrario, seremos partícipes de nuestra autodestrucción como especie.
¡Revolución socialista o más barbarie capitalista!
Oscar Rivas
NSR-CR
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