top of page

¿Capitalismo o Coronavirus? ¿Quién es culpable?

  • Foto del escritor: Oscar Rivas
    Oscar Rivas
  • 22 dic 2020
  • 6 Min. de lectura

¿Capitalismo o Coronavirus? ¿Quién es culpable?


Una respuesta socialista


Repasar el mundo actual y la respuesta de los diferentes gobiernos para enfrentar la pandemia, es una clara muestra del manejo de la clase burguesa (de todos los colores) de su rol como dirección del mundo en las cosas más elementales para la sobrevivencia de la especie y, se habla de sobrevivencia, porque ni siquiera eso garantiza el rumbo actual del capitalismo. Por el contrario, su política necrófila se profundiza cada vez más, a tal punto, que han utilizado la pandemia para golpear, aún más, a la clase trabajadora y al pueblo pobre.


Una pandemia relativamente débil, ha desatado gran cantidad de muertes que pudieron ser evitadas con una política planificada y una cuarentena que para los socialistas pasaba no solo por el confinamiento, sino también, por el pueblo organizado y por la garantía de protección sin perder el empleo y con el salario asegurado, sin embargo, como es bien sabido esta sociedad lleva el individualismo al extremo, tanto es así, que ha apostado conscientemente a que cada quién se salve como pueda.


Las causas de la pandemia y esto, respondiéndole a los conspiranoicos, terraplanistas y todos aquellas expresiones de una sociedad en decadencia, es exactamente eso, una sociedad que en vez de utilizar todo el conocimiento generado por la humanidad para responder de la mejor forma a estas coyunturas, lo destruye, así como destruye a la naturaleza y al ser humano. La destrucción de fuerza productiva va desde una actividad capitalista que deja suelos desérticos, se pierde la riqueza y diversidad biológica y además, niega la propiedad fundamental del ser humano, la de realizar trabajo, con un desempleo que llega a números exorbitantes y con tendencia creciente.


El rompimiento con el metabolismo natural es tal, que la propia actividad humana mediada por la sociedad capitalista, ha llegado a plantear la posibilidad de la extinción de la especie, es decir, la alienación con las prácticas que se realizan y con el medio en el cual se desarrolla la humanidad es mayúscula solo por el hecho de responder a la necesidad, ultra-alienada, de la clase dirigente, la sobreacumulación de ganancia. El desempleo, la pobreza, el hambre, la crisis ambiental y el virus, la pandemia, es generada por la lógica destructiva del propio sistema.


Basándose en lo anterior, no es el virus el que ha generado el desempleo, no es el virus la causa de los problemas que aquejan a la humanidad y al ecosistema, es el propio sistema capitalista, por lo tanto, para combatir el mismo virus y los problemas elementales, la respuesta, no es una respuesta sanitaria en abstracto (más mascarillas, más protección, etc.), sino, que además de eso, se tiene que dar una respuesta política, que englobe lo sanitario pero que va más allá de eso y es cambiar totalmente la lógica a la que somete el capitalismo y trasformarla, utilizando todo el conocimiento y los recursos generados por la humanidad, en planificación, manejo del espacio y una relación armoniosa con la naturaleza. De lo contrario, se cae en la mentira de la “realpolitik” que no es más que el adaptacionismo a las circunstancias, mentirle a la clase trabajadora y hundirse en el fenómeno.


En Costa Rica, el panorama es similar a la mayoría de países del mundo respecto al manejo de la pandemia y si bien, tuvo buenos números al comienzo de la misma, hoy vive la misma coyuntura de ver como las estadísticas se agravan y podría llevar colapsar el sistema de salud y, es que esos números del primer momento de la pandemia, se dieron por ciertas medidas que devenían de la presión de abajo, de la humanidad entera, por tener cierta protección y de un esqueleto de Estado Social de Derecho que aportó en paliar un poco la coyuntura, pero lo que se termina de imponer es el carácter de clase y por lo tanto, responder al capital y su necesidad de seguir acumulando ganancia. Además, de una “izquierda” que en su mayoría ha apostado por consignas a lo sumo liberales de mayor garantía de protección sanitaria a los trabajadores y en el peor de los casos, se ubica a la izquierda de Trump con la misma consigna pero con careta democrática de “volver al trabajo”. Un “volver al trabajo” que apela a discursos posmodernos de que el confinamiento es perdida de libertad y que además, va en contra de la individualidad, haciendo eco del individualismo neoliberal y no del sujeto colectivo y la necesidad de protección colectiva, comunitaria y de clase (trabajadora). La necesidad de un programa propio que pelee, al menos en posicionar la discusión, de que solo es posible hacerle frente a la pandemia, como consecuencia del capitalismo, con consignas políticas, propias de clase trabajadora y el rescate de lo que a lo largo de la historia ha generado la humanidad para que circunstancias como las actuales sean manejables y haya el menor número de muertes.


Como Núcleo Socialista Revolucionario hemos levantado desde un principio la necesidad de lo que llamamos una Cuarentena Socialista, hoy los números de contagios y de muertes, su tendencia creciente y lo que llaman la “segunda ola” de la pandemia, nos lleva a volver a visibilizar lo que significa este concepto de cuarentena, que está muy lejano a la mentira burguesa del confinamiento que se dio y que responde al rescate de las fuerzas productivas que hoy destruye la gran burguesía mundial y en lo cual se han apoyado aquellos que se hunden y se pierden el fenómeno, una política que pasa por:


Garantías de las condiciones máximas posibles de seguridad para los trabajadores que no pueden parar su actividad, debido a estar identificado como sector necesario para la supervivencia. Todos los implementos, mascarillas, guantes, cofias, guardapolvos, calzado adecuado. Horarios reducidos, jornada de 6 horas, con 4 turnos para evitar las concentraciones y hacer posible la distancia mínima recomendada. Transporte público gratuito y coordinado para evitar las aglomeraciones y el hacinamiento.


Creación de comités distritales que se encarguen de asegurar las condiciones durante la pandemia y especialmente de la atención de la población de riesgo. Creación de mecanismos de coordinación entre estos comités distritales y el gobierno central para la garantización de las condiciones de protección total.


Que estos comités distritales se encarguen de la distribución de implementos. lmplementos de prevención necesarios para las actividades que la comunidad defina como necesarias y sirvan para coordinar la repartición de alimentos, privilegiando a los pequeños productores locales.


Estatización inmediata y permanente de todos los hospitales, clínicas, laboratorios y consultorios privados, que pasarán al control de CCSS. Prohibición del ejercicio de la medicina privada. Salud pública y gratuita para todos, centralizada y dirigida por la CCSS.


Fortalecimiento y creación de EBAIS para poder atender la crisis de forma distribuida a lo largo del país. Coordinación permanente entre los EBAIS, comités distritales y CCSS para atender las necesidades del pueblo.


Impuestos solidarios para las grandes empresas y las zonas francas.


Defensa del salario y del empleo, garantizando que los mismos van a mantenerse durante el tiempo que sea necesario. La empresa que no se acoja a esto se expondría a multas o bien, de no acatarse, a la expropiación por parte del estado y puesta bajo control obrero.


Subvención a la micro, pequeña y mediana empresa para que pueda brindar protección a sus trabajadores sin que estos se expongan por tener que acudir al trabajo.


Estatizar las plataformas informáticas (Uber, Didi, etc.) que hoy sobreexplotan a los que tienen que recurrir a buscar este tipo de actividad y que sus trabajadores tengan salario y garantías laborales y sean parte de la fuerza laboral destinada para poder trasladar productos médicos y esenciales para la sobrevivencia.


Moratoria inmediata de la deuda interna y externa por dos años para tener los recursos para financiar las medidas anteriormente expuestas. Evaluación al término de este periodo sobre la necesidad o no de extender el plazo de la moratoria. Llegó el momento de decidir, qué está primero, honrar la deuda y a los especuladores financieros, o defender la vida.


Sabemos, que tenemos poca fuerza para poder incidir en que esto se lleve a cabo, pero no podemos dar ilusiones a la clase trabajadora de que en el capitalismo hay salida y solo apostando a la propia organización y a un programa de nuestra clase es posible hacerle frente a esta coyuntura y en general, al abismo al que nos lleva el capitalismo. El virus no es el problema, son las condiciones de la relación entre ser humano y naturaleza, impuestas por el capitalismo, lo que ha hecho que este se convierta en pandemia y es esta misma condición y la dirección del mundo por parte de la clase burguesa, la que ha sometido a la humanidad a la pobreza, el desempleo, el hambre y la que ha reducido la coyuntura al falso dilema: economía o salud. ¡Es hora de dar un paso al frente y empezar a construir núcleos socialistas revolucionarios!


¡La única respuesta real a la pandemia y a la crisis en general es una respuesta socialista!


Oscar

NSR-CR

Comments


cubito
  • Negro del icono de Instagram

©2020 by nsr-cr

bottom of page