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Ante los resultados de la FEUCR

  • Foto del escritor: Oscar Rivas
    Oscar Rivas
  • 5 abr 2021
  • 4 Min. de lectura

Una vez más: la necesidad de alzar un programa alternativo.


El PLN ha llegado a la FEUCR, lo cual no es más que la concreción de la seguidilla de hechos que se han dado dentro de las universidades públicas en un recambio que la lleva a tener de pública solo el nombre y entre esto, la imposición interna de la troika (FMI, BM, OCDE), los golpes externos a las mismas y la falta de una alternativa real. Esto último, es probablemente lo que más afecta en un triunfo, que al decir de Lenin (el estudiantado se adelanta a las condiciones de la lucha de clases), puede marcar también la tendencia nacional.


El estudiantado no está exento de lo real y está votación no puede ser vista como algo aislado o bien, como una expresión sectorial. El triunfo del PLN visibiliza la incertidumbre que también recorre los pasillos universitarios y ante la falta de un programa alternativo real recurre a lo "viejo conocido" y es expresión del desgaste de los gobiernos del PAC y en el caso de la UCR, de la desintegración de los partidos estudiantiles de izquierda que oscilan entre el economicismo, la centralización en temas reivindicativos pero que no pasan a la totalidad y la falta de un programa de lucha concreto por un modelo educativo alternativo.


La bandera "verde y blanca" en la FEUCR es el reflejo de una derrota parcial del movimiento estudiantil que lleva años domido, aunque algunos se empeñan en decir lo contrario. La falta de trabajo de base y de asambleas democráticas reales, la falta de apostar por salir de las tendencias monotemáticas y la ausencia de crítica y autocrítica a los métodos de lucha que han puesto por encima el asfalto, antes que la organización y planificación de la lucha, lo cual ha llevado al desgaste del poco activismo que aún queda o quedaba.


La Universidad Pública es hoy, lo que el Estado en general es para los grandes capitales, facilitadores de recursos y lo que llaman "capital humano" para que estos puedan seguir reproduciendo su ganancia. Esto también, se refleja en la subjetividad estudiantil y el tipo de estudiante que hoy conforma la universidad, con tendencia ideológica hacia el mercado y con nula atención en lo que respecta a los problemas que aquejan la educación superior y la involución que tiene el desarrollo del conocimiento, pero esto es el desarrollo normal de las cosas en un capitalismo en creciente agotamiento y que obliga, aún más, a la reflexión sobre las formas de lucha, de organización y la necesidad del "trabajo de hormiga". Sin esto, no hay posibilidad de hacerle frente al triunfo del PLN y se cae en juicios morales o bien, en el derrotismo (el cual se mueve entre la burla pasiva y el "nosotros si luchamos).


Ahora bien, la falta de programa no sólo viene desde el sector estudiantil, el sindicalismo está desgastado y solamente ha tomado una postura defensista de las migajas que quedan del Estado Social de Derecho, lo cual hace que tanto los académicos como los estudiantes, no los tomen como referentes y además, al día de hoy, no se ha hecho autocrítica de la gran derrota sobre el Combo Fiscal de la cual, los principales culpables fueron las dirigencias sindicales, derrota de una magnitud mayúscula y que tiene que llevar al aprendizaje necesario de construir un sindicalismo de base totalmente democrático y dar un paso al frente con el levantamiento de una alternativa no sólo electoral, más importante aún, política. La necesidad de OTRO programa.


Lo anterior, lleva a un análisis más profundo del triunfo del PLN para las elecciones federativas de la UCR y empezar por lo que hizo posible este triunfo y lo que el mismo va significar. Hoy, no hay movimiento estudiantil y la tarea principal tiene que ser construirlo, pero esta construcción no se hace desde métodos de lucha aislados del estudiando, sino, con la participación democrática del mismo y la lucha por un espacio ideológico dentro de una universidad que tanto objetiva como subjetivamente está ganada por las necesidades del gran capital. ¡Es hora de dejar de ser cómplices!


Y para dejar de ser cómplices debemos levantar otro programa que pasa por:


- El rompimiento con la troika (FM, BM, OCDE) y sus imposiciones en la educación. No es posible una educación pública y democrática, mientras estos organismos impongan el modelo educativo que quieren, el cual responde a la necesidad de los grandes capitales y a convertir la educación superior en una maquila de venta de servicios.


- Disminución de las capas burocráticas, por más sedes, aulas y propiedades para académicos.


- Defensa del salario. Esto es necesario para que la sociedad garantice que los y las investigadores y pedagogos en las diferentes áreas se mantengan a servicio público y no sean absorbidos por la empresa privada.


- Luchar por un modelo educativo que tenga como eje la comunicación con la comunidades, los pequeños comerciantes y productores y la clase trabajadora. La universidad debe ser un espacio abierto no solo en el sentido del uso de sus instalaciones, sino, y más importante aún, abierta en el diálogo de saberes, democratizada en función de la irrupción de la sociedad en la misma.


- Investigación para la sociedad, no para el capital. Dejar de ser plataforma para reducir costos del gran capital privado haciéndole las investigaciones que necesitan para aumentar su ganancia y volcar estos fondos, para producir investigación científica real a favor de la humanidad y no del capital.


- Por la defensa de un espacio laico. Ninguna imposición de ninguna religión ni libertad para aquellos grupos que pretenden negar la misma e imponer y socavar los derechos conseguidos por la clase trabajadora, las mujeres y las mal llamadas minorías. La universidad tiene que convertirse en una Pluriversidad donde converjan todas la corrientes que de una u otra manera abren espacio a la diversidad (expresión necesaria para la vida no solo humana, de la naturaleza en general).


- Creación de sedes donde la población que tiene acceso a ellas, no solo tenga acceso a carreras que sean de interés para el mercado, sino, a la escogencia libre de la profesión que quieran ejercer y así, dar espacio a la expansión y profundización del arte, la filosofía y el conocimiento en general, el cual debe ser social y democratizado, porque esa es su esencia y hace posible su evolución.


¡Fuera manos del capital de lo que es social!

¡Otra universidad para la construcción de otra sociedad!

¡Por un modelo educativo alternativo!


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